sábado, 26 de abril de 2014

TEORÍAS O MODELOS DE CONVIVENCIA. TEMA 21.

1. TEORÍAS DE LA COACCIÓN
Los teóricos de la coerción paren de una concepción del individuo muy negativa: es egoísta por naturaleza, ansioso de poder, etc.
Según este modelo, el orden social existe en la sociedad como resultado de la amenaza o del empleo de la violencia por parte de algunos individuos para asegurar la obediencia de los otros. La base del orden social es la fuerza. El poder está distribuido de forma desigual, por lo tanto, supone una cierta teoría de la elite.
HOBBES ofrecía una versión más sencilla de la teoría de la elite cuando dice que solo comienza la sociedad cuando los individuos establecen el Leviatán (Estado que monopoliza el poder). Considera que a la larga ni el gobernante ni los gobernados cambian como consecuencia de su relación. Esta es una visión muy simple. Las teorías de las elites consideran que existe una interacción entre gobernante y gobernado. Esto implica a la larga un debilitamiento de la teoría de la fuerza, implica que la fuerza no va a ser la única fuerza necesaria para mantener ese poder.
Si el poder está monopolizado por unos pocos es lógico pensar que los gobernantes tendrán que establecer un sistema de recompensas derivadas del ejercicio del poder. Por lo tanto, la teoría pura de la fuerza existiendo un solo monopolizador del poder, sería una imposibilidad práctica. Aquí nos encontramos con el tema de la legitimidad. Un poder sin legitimidad solo puede mantenerse por la fuerza.
Este modelo coercitivo considera que la fuerza es el factor primario de la cohesión social. Entonces la semejanza que tiene con la teoría de la elite es que dicen que esa fuerza está en posesión de una minoría. Centran su atención en el estudio de esa elite. Estudian la relación entre la elite cohesionada y la masa sometida a esa elite.
La teoría de la elite hace hincapié en la posesión de la fuerza por una minoría. Estos centran su atención en varios aspectos de la elite.
  • Cómo está cohesionada la elite
  • La elite no está internamente cohesionada por la fuerza, sino por el interés mutuo. Suelen destacar cómo se conforma la elite en forma de cuerpo, y está constituida por individuos que se han visto influenciados por la misma educación, orígenes sociales, étnicos, religiosos, etc. Entonces la elite se cohesiona por compartir u os mismos intereses, etc. Suelen insistir en el control que ejerce esa elite sobre determinadas instituciones muy importantes dentro de la sociedad. Ese control implica un liderazgo y una superioridad frente a la sociedad.
  • Falta de organización de la masa
  • La teoría de la elite parte de una concepción bastante negativa del ser humano, como teoría de la coerción, sobre todo de los gobernados. Las características de la masa son:
    • pasividad
    • no voluntad
    • no iniciativa
    • inconsciencia
    • manipulabilidad, etc.
    Aunque se tiene esta opinión tan negativa de la masa, los teóricos de la elite son conscientes del peso de dicha masa: son peligrosas si los gobernantes no les prestan atención. Por eso los teóricos de las elites prestan tanta atención a las técnicas de control y movilización de masas.
  • Relación gobernantes-gobernados
  • Una de las diferencias entre la teoría de la coerción y la teoría de la elite es que ésta considera que la relación entre gobernantes y gobernados no es solo de fuerza, sino también de manipulación. Aparecen otros componentes en esta relación que crean ciertos vínculos emocionales entre elite y gobiernos.
    Las técnicas de control sirven para transformar la fuerza en autoridad. El objeto de todo poder es éste. El elemento que diferencia la autoridad del poder es la legitimidad. Lo que nos indica que existen otros tipos de orden social no basados única y exclusivamente en la fuerza pura y dura.
    Aquí quedan en evidencia las insuficiencias de la teoría de la coacción. Ésta adopta una perspectiva demasiado simplista frente al problema de la obediencia. No ofrece una solución a largo plazo al problema del orden. El poder necesita alianzas y reconocimiento para mantenerse a largo plazo. Una de las insuficiencias más evidentes es que no explica cómo es posible el orden social en la sociedades premodernas, sin Estado. Estas sociedades se mantienen unidas no gracias a la fuerza, sino gracias a una serie de creencias religiosas, relaciones de parentesco, etc. La teoría de la fuerza no explica el orden social en este tipo de sociedad.
    Otro de los aspectos que no considera es que el orden social puede ser resultado del empleo de determinados incentivos, no sólo de la fuerza. A los individuos les puede interesar a veces obedecer o dejarse someter a determinadas normas no por el miedo al castigo, sino porque con el sometimiento pueden obtener determinados beneficios. Éstos no tienen por qué ser necesariamente económicos.
    En una sociedad compleja, tecnológicamente desarrollada en la que el nivel educativo, etc. es elevado, es difícil para un gobierno establecer el orden social solo en base a la fuerza. Existen determinados intereses que llevan al mantenimiento del orden social
    En toda sociedad aquellos que están en el poder se ven obligados a persuadir a los que tienen sometidos. Para eso existe una producción ideológica y cultural. Estas ideologías pueden ser de carácter civil o religioso.
    En este modelo también hay aciertos. Su mayor acierto es que no elude la existencia de conflictos en la sociedad, y de instrumentos de coacción de los que se vale siempre cualquier poder. Estos instrumentos son algunos de carácter muy explícito (policía, cárcel...) y otros más sutiles que actúan indirectamente (sistema educativo, medios de comunicación, etc.). Aun cuando el poder político estaría basado en cierto consenso y legitimación no podemos olvidar cómo se ha desarrollado todo el proceso de formación de los Estados nacionales que ha estado basado en la guerra y en la violencia.
    En el proceso de fundación, la utilización de la fuerza sería fundamental porque mantiene unidas a las diferentes sociedades estatales mientras van apareciendo otros lazos, no basados en la fuerza.
    Esta teoría de la coacción tiene también la ventaja de diferenciar las diferentes naturalezas del Estado y de la sociedad. En esto conecta también con la teoría liberal clásica. Según esta visión, al Estado le corresponde la coacción y la utilización de la fuerza porque tiene el monopolio legal del poder, y en cambio a la sociedad no porque la soberanía originaria de los individuos es cedida al Estado. El Estado está para que ponga orden en la sociedad haciendo uso del monopolio legal de la fuerza.
    Como conclusión podemos decir que a pesar de ese monopolio legal de la fuerza, a la larga no puede hacer un uso continuo de él a menos que consiga el apoyo y lealtad por parte de los miembros de la sociedad. Si no lo consigue, los problemas de legitimidad del Estado pueden salir una y otra vez a la superficie.
    2. TEORÍAS DEL INTERÉS
    Desde esta visión el problema del orden consiste en conciliar los intereses individuales para llegar a un mínimo de armonía entre los individuos de la sociedad. Plantea una visión muy racionalista de los individuos. Éstos son seres racionales y calculadores. Las relaciones sociales tiene su origen en esa naturaleza de los individuos.
    Se parte del supuesto de que los individuos hacen lo que quieren hacer y el orden social es resultado de ello. En esta situación, los individuos no están coaccionados sino que su actuación responde a motivaciones individuales. Esos objetivos pueden ser muy diversas: el individuo puede buscar el bienestar, placer, etc., pero lo importante es que ese interés privado sea cual sea indirectamente se convierte en medio de cohesión social.
    Los individuos encuentras obstáculos naturales. Con el fin de crear un contexto seguro en el que poder alcanzar sus objetivos, deciden agruparse y cooperar. Aquí tenemos la variante de la cooperación y la variable de la competencia.
  • Teoría de la cooperación
  • Hay una conciencia común de la necesidad de un esfuerzo por parte de todos, de manera que fijan unas reglas que definen derechos y obligaciones, etc. Por tanto, el orden social es consecuencia de que varios individuos se dan cuenta de los beneficios que pueden obtener agrupándose y cooperando. Son conscientes racionalmente de los beneficios de la cooperación.
    Desde esta visión la fuerza desaparece, no es necesaria la coacción. Hay una insuficiencia evidente y es l que presenta a la hora de explicar la estratificación social, las desigualdades.
    El orden social surge de la voluntad de los individuos, que constituyen la sociedad, no es necesario que intervenga el Estado. El Estado constituye una especie de peligro permanente para la sociedad. Si interviene, puede distorsionar el orden social. En ocasiones el Estado constituye una amenaza para los intereses del grupo. Por tanto, habría que poner siempre límites a la actuación del Estado. Esta precaución está presente en todo el pensamiento liberal.
    En la tradición anarquista lo que se plantea es la necesidad de que desaparezca el Estado para que la sociedad pueda volver a su orden natural.
    En esta variante de la teoría del interés se considera la dualidad sociedad-Estado, y partiendo de ésta, se considera a la política como un mal necesario. El sistema político es un mal que está ahí porque quizá tiene que actuar en ocasiones excepcionales. La fuerza es innecesaria, la fuerza no es el elemento que cohesiona la sociedad. Aquí tenemos una concepción radicalmente distinta a la teoría anterior.
  • Teoría de la competencia
  • Según esta visión, el orden social es una consecuencia involuntaria de la interacción humana. Aquí el orden social es algo involuntario. Los individuos persiguen su propio interés sin preocuparse por el de los demás. Los individuos cuentan con recursos limitados para perseguir esos intereses, y han de competir por ellos. Los competidores, además, suelen se desiguales en base a su nacimiento, edad, riqueza, capacidades, etc., de tal manera que el resultado es que esos recursos limitados están distribuidos de manera desigual entre los individuos, por tanto, hablamos de una sociedad estratificada, dividida en cuanto a los intereses pero por esa situación de competencia van a existir individuos tan capaces que puedan ir ascendiendo en la escala social.
    A pesar de la situación, al perseguir su propio interés cada individuo constituye un beneficio de toda la sociedad.
    En esta segunda visión el orden social es producto de la interacción de los individuos. El gobierno, el sistema político sería un elemento coactivo que está detrás de la sociedad y que debe de intervenir únicamente cuando el equilibrio se ve temporalmente roto.
    La solidaridad, el vínculo surge de la sociedad, surge de los factores societales y no surgen de la coacción, aunque se reconoce que el sistema político debe actuar en determinadas situaciones.
    3. TEORÍAS DEL CONSENSO DE VALORES
    El orden social se explica a partir de la aceptación general de unos valores comunes. Aquí el punto de partida no es el individuo, sino que el individuo va a ser considerado como un producto social. La idea clave es que los individuos de una sociedad comparten unos valores, por lo que participan de un sentimiento de identidad común, lo que destacamos es el elemento normativo de la sociedad.
    Los valores y las normas de una sociedad caracterizan su cultura y estructura del orden y de la cohesión social.
    La sociedad sería una entidad moral compuesta por creencias, normas, valores más o menos compartidos y mutuamente aceptados porque están interiorizados por los individuos. La coacción, la fuerza y la violencia constituyen categorías marginales a la hora de explicar el orden social. El orden social sería producto de que los individuos comparten esas normas, esos valores.
    La insuficiencia de esta teoría está en explicar cómo aparece en una sociedad dada un sistema particular de valores y de normas. La formación de este sistema no puede compararse con un proceso de selección natural, sino que ha habido una lucha social por implantarlos. Los valores sociales no se limitan a estar ahí, lo que ocurre es que una vez implantados esos sistemas y una vez interiorizados sí que adquieren esa característica de inamovilidad, de permanencia, de ser una realidad objetiva para los individuos, son históricos.
    Así se puede admitir que en todas las sociedades existe un cierto consenso, y que esto explica la cohesión social, pero el consenso no tiene por qué excluir la violencia, el sometimiento de unos individuos sobre otros.
    La solución sería buscar una vía de integración de los tres modelos. La teoría de la coacción es incompleta, no evita el tema del conflicto que es inherente al orden político. Pero la violencia, por sí misma, no explica el mantenimiento de un orden social.
    La teoría del interés y la teoría del consenso de valores carecen de una explicación del conflicto social, y no toman en cuenta la violencia. Por lo que hay que completar estos modelos con algunos elementos de la teoría de la coacción.
    Los tres elementos (fuerza, consenso e interés común) explican el mantenimiento del orden social. La combinación de estos elementos dará lugar a realidades distintas.
    En todo orden social está presente el orden, la violencia. En todo orden existe un consenso en lo que es la base normativa y valorativa de la sociedad.
    Estos tres elementos son unos modelos que no tienen nada que ver con la realidad, son modelos analíticos, que tiene que ver con el orden social. No podemos identificar cualquiera de los tres modelos con una teoría.
  • APORTACIONES E INSUFICIENCIAS DE LAS TEORÍAS DEL ORDEN
  • TEORÍAS DE LA COACCIÓN
  • Aquí quedan en evidencia las insuficiencias de la teoría de la coacción. Ésta adopta una perspectiva demasiado simplista frente al problema de la obediencia. No ofrece una solución a largo plazo al problema del orden. El poder necesita alianzas y reconocimiento para mantenerse a largo plazo. Una de las insuficiencias más evidentes es que no explica cómo es posible el orden social en la sociedades premodernas, sin Estado. Estas sociedades se mantienen unidas no gracias a la fuerza, sino gracias a una serie de creencias religiosas, relaciones de parentesco, etc. La teoría de la fuerza no explica el orden social en este tipo de sociedad.
    Otro de los aspectos que no considera es que el orden social puede ser resultado del empleo de determinados incentivos, no sólo de la fuerza. A los individuos les puede interesar a veces obedecer o dejarse someter a determinadas normas no por el miedo al castigo, sino porque con el sometimiento pueden obtener determinados beneficios. Éstos no tienen por qué ser necesariamente económicos.
    En una sociedad compleja, tecnológicamente desarrollada en la que el nivel educativo, etc. es elevado, es difícil para un gobierno establecer el orden social solo en base a la fuerza. Existen determinados intereses que llevan al mantenimiento del orden social
    En toda sociedad aquellos que están en el poder se ven obligados a persuadir a los que tienen sometidos. Para eso existe una producción ideológica y cultural. Estas ideologías pueden ser de carácter civil o religioso.
    En este modelo también hay aciertos. Su mayor acierto es que no elude la existencia de conflictos en la sociedad, y de instrumentos de coacción de los que se vale siempre cualquier poder. Estos instrumentos son algunos de carácter muy explícito (policía, cárcel...) y otros más sutiles que actúan indirectamente (sistema educativo, medios de comunicación, etc.). Aun cuando el poder político estaría basado en cierto consenso y legitimación no podemos olvidar cómo se ha desarrollado todo el proceso de formación de los Estados nacionales que ha estado basado en la guerra y en la violencia.
    En el proceso de fundación, la utilización de la fuerza sería fundamental porque mantiene unidas a las diferentes sociedades estatales mientras van apareciendo otros lazos, no basados en la fuerza.
    Esta teoría de la coacción tiene también la ventaja de diferenciar las diferentes naturalezas del Estado y de la sociedad. En esto conecta también con la teoría liberal clásica. Según esta visión, al Estado le corresponde la coacción y la utilización de la fuerza porque tiene el monopolio legal del poder, y en cambio a la sociedad no porque la soberanía originaria de los individuos es cedida al Estado. El Estado está para que ponga orden en la sociedad haciendo uso del monopolio legal de la fuerza.
    Como conclusión podemos decir que a pesar de ese monopolio legal de la fuerza, a la larga no puede hacer un uso continuo de él a menos que consiga el apoyo y lealtad por parte de los miembros de la sociedad. Si no lo consigue, los problemas de legitimidad del Estado pueden salir una y otra vez a la superficie.
  • TEORÍAS DEL INTERÉS
  • Teoría de la cooperación
  • Hay una conciencia común de la necesidad de un esfuerzo por parte de todos, de manera que fijan unas reglas que definen derechos y obligaciones, etc. Por tanto, el orden social es consecuencia de que varios individuos se dan cuenta de los beneficios que pueden obtener agrupándose y cooperando. Son conscientes racionalmente de los beneficios de la cooperación.
    Desde esta visión la fuerza desaparece, no es necesaria la coacción. Hay una insuficiencia evidente y es l que presenta a la hora de explicar la estratificación social, las desigualdades.
    El orden social surge de la voluntad de los individuos, que constituyen la sociedad, no es necesario que intervenga el Estado. El Estado constituye una especie de peligro permanente para la sociedad. Si interviene, puede distorsionar el orden social. En ocasiones el Estado constituye una amenaza para los intereses del grupo. Por tanto, habría que poner siempre límites a la actuación del Estado. Esta precaución está presente en todo el pensamiento liberal.
    En la tradición anarquista lo que se plantea es la necesidad de que desaparezca el Estado para que la sociedad pueda volver a su orden natural.
    En esta variante de la teoría del interés se considera la dualidad sociedad-Estado, y partiendo de ésta, se considera a la política como un mal necesario. El sistema político es un mal que está ahí porque quizá tiene que actuar en ocasiones excepcionales. La fuerza es innecesaria, la fuerza no es el elemento que cohesiona la sociedad. Aquí tenemos una concepción radicalmente distinta a la teoría anterior.
  • Teoría de la competencia
  • Según esta visión, el orden social es una consecuencia involuntaria de la interacción humana. Aquí el orden social es algo involuntario. Los individuos persiguen su propio interés sin preocuparse por el de los demás. Los individuos cuentan con recursos limitados para perseguir esos intereses, y han de competir por ellos. Los competidores, además, suelen se desiguales en base a su nacimiento, edad, riqueza, capacidades, etc., de tal manera que el resultado es que esos recursos limitados están distribuidos de manera desigual entre los individuos, por tanto, hablamos de una sociedad estratificada, dividida en cuanto a los intereses pero por esa situación de competencia van a existir individuos tan capaces que puedan ir ascendiendo en la escala social.
    A pesar de la situación, al perseguir su propio interés cada individuo constituye un beneficio de toda la sociedad.
    En esta segunda visión el orden social es producto de la interacción de los individuos. El gobierno, el sistema político sería un elemento coactivo que está detrás de la sociedad y que debe de intervenir únicamente cuando el equilibrio se ve temporalmente roto.
    La solidaridad, el vínculo surge de la sociedad, surge de los factores societales y no surgen de la coacción, aunque se reconoce que el sistema político debe actuar en determinadas situaciones.
  • TEORÍA DEL CONSENSO DE VALORES
  • La insuficiencia de esta teoría está en explicar cómo aparece en una sociedad dada un sistema particular de valores y de normas. La formación de este sistema no puede compararse con un proceso de selección natural, sino que ha habido una lucha social por implantarlos. Los valores sociales no se limitan a estar ahí, lo que ocurre es que una vez implantados esos sistemas y una vez interiorizados sí que adquieren esa característica de inamovilidad, de permanencia, de ser una realidad objetiva para los individuos, son históricos.
    Así se puede admitir que en todas las sociedades existe un cierto consenso, y que esto explica la cohesión social, pero el consenso no tiene por qué excluir la violencia, el sometimiento de unos individuos sobre otros.
    La solución sería buscar una vía de integración de los tres modelos. La teoría de la coacción es incompleta, no evita el tema del conflicto que es inherente al orden político. Pero la violencia, por sí misma, no explica el mantenimiento de un orden social.
    La teoría del interés y la teoría del consenso de valores carecen de una explicación del conflicto social, y no toman en cuenta la violencia. Por lo que hay que completar estos modelos con algunos elementos de la teoría de la coacción.
    Los tres elementos (fuerza, consenso e interés común) explican el mantenimiento del orden social. La combinación de estos elementos dará lugar a realidades distintas.
    En todo orden social está presente el orden, la violencia. En todo orden existe un consenso en lo que es la base normativa y valorativa de la sociedad.
    Estos tres elementos son unos modelos que no tienen nada que ver con la realidad, son modelos analíticos, que tiene que ver con el orden social. No podemos identificar cualquiera de los tres modelos con una teoría

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