TEXTO
JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA
A todos los que la presente vieren y entendieren,
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica.
PREÁMBULO
El 2 de junio de 2014, Su Majestad el Rey Don
Juan Carlos I comunicó al Sr. Presidente del Gobierno su voluntad de
abdicar mediante entrega de un escrito, firmado en su presencia, con el
siguiente tenor literal:
«En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas,
asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de
España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los
protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia
moderna, plenamente integrada en Europa.
Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional
que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y
llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto
necesitábamos.
Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia el pueblo español.
Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años.
Y gratitud, por el apoyo que me han dado los españoles para
hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes
incertidumbres y dificultades, un largo periodo de paz, libertad,
estabilidad y progreso.
Fiel al anhelo político de mi padre, el Conde de Barcelona, de
quien heredé el legado histórico de la monarquía española, he querido
ser Rey de todos los españoles. Me he sentido identificado y
comprometido con sus aspiraciones, he gozado con sus éxitos y he sufrido
cuando el dolor o la frustración les han embargado.
La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado
serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un
camino de futuro de grandes esperanzas.
Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance
autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como
sociedad.
Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia
orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y
somos: una gran nación.
Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación,
de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro
decididamente mejor.
En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con
justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una
coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo
pertenezco.
Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven,
con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las
transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a
afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a
lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles.
Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida
entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y
mi trabajo.
Mi hijo, Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica.
Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré
llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a
quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa
estabilidad.
El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el
sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas
garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en
la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva
generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre
tendrá de la Princesa Letizia.
Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el
mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente
como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y
abdicar la Corona de España, deponiendo en manos del Gobierno y de las
Cortes Generales mi magistratura y autoridad para que provean a la
efectividad de la sucesión en la Corona conforme a las previsiones
constitucionales.
Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las
personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado
durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a
cumplir mis funciones.
Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca.
Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón.»
Su Majestad el Rey lo puso en conocimiento de
los Presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado y el
Presidente del Gobierno dio traslado del escrito al Consejo de
Ministros.
El artículo 57.5 de la Constitución Española
dispone que «las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de
derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán
por una ley orgánica». Este precepto sigue los precedentes históricos
del constitucionalismo español, que en los textos fundamentales de 1845,
1869 y 1876 y, con variaciones, en otros precedentes, ya reservaban al
poder legislativo la solución de las cuestiones a que diera lugar la
sucesión así como la autorización de la abdicación, incluso mediante una
ley especial para cada caso. Si bien la Constitución en vigor no
utiliza este último término, los citados antecedentes y el mandato del
artículo 57 de que el acto regio sea resuelto por una ley orgánica hacen
que sea éste el instrumento legal idóneo para regular la efectividad de
la decisión.
La entrada en vigor de la presente ley orgánica
determinará, en consecuencia, que la abdicación despliegue sus efectos y
que se produzca la sucesión en la Corona de España de forma automática,
siguiendo el orden previsto en la Constitución.
Artículo único. Abdicación de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón.
1. Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España.
2. La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente ley orgánica.
Disposición final única. Entrada en vigor.
La presente ley orgánica entrará en vigor en el momento de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Por tanto,
Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica.
Madrid, 18 de junio de 2014.
JUAN CARLOS R.
El Presidente del Gobierno,
MARIANO RAJOY BREY
Análisis
- Rango: Ley Orgánica
- Fecha de disposición: 18/06/2014
- Fecha de publicación: 19/06/2014
- Entrada en vigor el 19 de junio de 2014.
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