El Nacionalsocialismo
propugnaba por una raza pura, sana y deportista, sin vicios ni perversiones
para el cuerpo. Y eso en la teoría, porque en la práctica muchos soldados del
Reich recurrían a las drogas para aguantar los rigores del combate. La
sustancia elegida fueron las metanfetaminas,
y más concretamente lo que hoy conocemos como speed. El gobierno lo
suministraba a la Wehrmacht bajo el nombre de Pervitín, aunque entre la
tropa recibía dos nombres: Fliegerschokolade entre los pilotos de la
Luftwaffe, y Panzerschokolade,
entre las tripulaciones de los tanques.
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