Un dato inquietante es que una proporción importante de los estudiantes
asegura haber sufrido alguna vez consecuencias negativas atribuibles al consumo
de cannabis y cocaína. En el caso del cannabis, las consecuencias más
frecuentes son pérdida de memoria, dificultades para trabajar o estudiar,
tristeza y depresión. En el caso de los consumidores de cocaína, las
consecuencias negativas más frecuentes son problemas para dormir, pérdida de
memoria, depresión y problemas económicos.
En los últimos años, ha disminuido la edad de inicio de consumo de cannabis (cerca de los 15 años), mientras que la cocaína empieza a consumirse, por término medio, pasados los 15 años.
Otro aspecto a destacar en los nuevos patrones de consumo de drogas en nuestro país es el riesgo percibido por la población. La mayor o menor percepción de este riesgo está directamente relacionada con la evolución presente o futura de la prevalencia de consumo. Al igual que sucede con el alcohol, en los últimos diez años ha disminuido claramente el riesgo percibido ante el consumo esporádico o habitual de cannabis, tanto entre la población general de 15-64 años, como entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias. Además, en este último grupo ha disminuido también el riesgo percibido ante el consumo esporádico de cocaína.
En 2004, sólo el 62,7% de los escolares considera problemático el consumo esporádico de cocaína, aunque esta proporción se eleva al 87,9% en el caso del consumo habitual.
En los últimos años, ha disminuido la edad de inicio de consumo de cannabis (cerca de los 15 años), mientras que la cocaína empieza a consumirse, por término medio, pasados los 15 años.
Otro aspecto a destacar en los nuevos patrones de consumo de drogas en nuestro país es el riesgo percibido por la población. La mayor o menor percepción de este riesgo está directamente relacionada con la evolución presente o futura de la prevalencia de consumo. Al igual que sucede con el alcohol, en los últimos diez años ha disminuido claramente el riesgo percibido ante el consumo esporádico o habitual de cannabis, tanto entre la población general de 15-64 años, como entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias. Además, en este último grupo ha disminuido también el riesgo percibido ante el consumo esporádico de cocaína.
En 2004, sólo el 62,7% de los escolares considera problemático el consumo esporádico de cocaína, aunque esta proporción se eleva al 87,9% en el caso del consumo habitual.
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