miércoles, 1 de enero de 2014

TEORÍA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL.

Fue el autor del texto principal "Criminología", publicado en 1923; primero afirmando el principio de asociación diferencial en la tercera edición, retitulada "Principios de Criminología" (8 de abril de 1939): el desarrollo habitual de los patrones de la delincuencia surgen de la relación con delicuentes, y no de relacionarse con quienes no cometen delitos. En la teoría también había un elemento estructural: el conflicto y la desorganización social son las causas subyacentes de la delincuencia, ya que determina el carácter de las personas con las que estos parámetros se asocian. Este último elemento se eliminó cuando la cuarta edición se publicó en 1947. Pero él seguía convencido de que la clase social fue un factor relevante. Acuñó la expresión "cuello blanco" en un discurso ante la Asociación Americana de Sociología el 27 de diciembre de 1939. En su monografía de 1949, los delitos de cuello blanco se definen como "un crimen cometido por una persona de respetabilidad y de alto estatus social en el curso de su ocupación".
Las teorías del aprendizaje social sostienen que las explicaciones acerca de la conducta humana no deben afincarse en la personalidad de los individuos o en los modelos de comportamiento introyectados desde su infancia, cuanto en el permanente aprendizaje que hacen los seres humanos durante su vida. El comportamiento se halla completamente modelado, en un proceso que atraviesa todas las biografías, por las experiencias adquiridas mediante procesos de enculturación permanentes.
Por lo tanto, la conducta criminal forma parte de ese proceso de aprendizaje continuo, donde el infractor aprende estrategias de supervivencia, códigos, y tácnicas para desarrollar sus cometidos. Este aprendizaje, en una sociedad plural y diversa, se produce de manera concomitante al aprendizaje que otros individuos hacen y que los define en favor del debido cumplimiento de las normas o de su indiferencia con relación a las mismas. Todas las conductas se aprenden. Para Edwin Sutherland (en “Principios de criminología”, 1939 y “Criminalidad de cuello blanco” en 1940), el individuo lejos de nacer delincuente, o heredar o imitar comportamientos socialmente reprochables, aprende a ser criminal. Sutherland, en sus investigaciones sobre la criminalidad de cuello blanco, llega a la conclusión de que no puede referirse la conducta desviada a disfunciones o inadaptación de los individuos de la “lower class”, sino al aprendizaje efectivo de valores criminales, hecho que podría acontecer en cualquier cultura. Su punto de vista inicial, luego rectificado en parte, era netamente sociológico, ya que subestimaba el interés de los rasgos de la personalidad del individuo al análisis en torno a las relaciones sociales (frecuencia, intensidad y significado de la asociación). El presupuesto de la teoría del aprendizaje viene dado por la idea de organización social diferencial, que, a su vez, se conectará con las concepciones del conflicto social. Es decir, Sutherland concibe a la sociedad como una sociedad conflictiva y no armónica, en lo que constituye un hallazgo no menor dentro de la sociología norteamericana.

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